Me toreó una amorosa, a la semana de contar mi deseo de llevar el pastel a Mario Benedetti.
Lo llevé, previo enlace de Ary, mi hijo, con el secretario, acordar fecha y en el año de su muerte, me recibe con ojitos entregados, lo saludo con un beso, dice al ver el pastel.
-para mí?
-claro Mario, respondo, además de un enorme saludo rioplatense de toooooodos los que se enteraron de la visita.
Me quedé 15´, cuando me iba, me regaló la luz de esta mirada.